domingo, 9 de noviembre de 2008

Lo daría todo por ti




Esta última semana fue un poco dura. Desde lo académico, hasta en asuntos de familia. Pero como sea hay que seguir y bueno en eso estoy, no me queda otra. Además no soy de quedarme muy pegada, menos aún en las fechas en las que tengo que dar el todo en la universidad.
El asunto es el siguiente. Yo estaba en mi pieza leyendo y mis hermanas jugando en la calle, cuando de pronto escuchó un escandaloso y aterrador chillido. Pensé en inmediatamente en Victoria, la menor de mis hermanas. Un segundo grito y me asomé a la calle. Una araña subía por su delgadita y larga pierna. Me acerqué y veo que un asqueroso arácnido bien café que seguía subiendo la pierna de mi pequeñita. Sin pensar ¡Yo! Que le tengo terror, terror a las arañas, tomé su pierna y de un golpe esa cosa salió volando. No sé si muerta y viva, la verdad es no me importaba, lo único que me importaba era sacarle de encima esa cosa mi vickyta.
Ella se calmó, me sonrió y me dio un abrazo. La dejé jugando con Sofía y volví a mis lecturas en mi dormitorio. Entonces comencé a pensar en que le tengo terror a las arañas, en que jamás habría hecho algo así, pero por ella y en verdad por mis hermanas lo daría todo. Puede que parezca una estupidez, sin embargo, pero aquellos que le tienen fobia a los arácnidos probablemente me entienden.
Me acordé de esto porque el otro día escuchaba a una señora decir que cuando una madre de alguna manera “salvaba” a su hijo, o lo ayuda en situaciones graves, no es que las madres estén preparadas o todo lo sepan, sino que el amor y el instinto por salvar a su pequeño lo puede todo, y la verdad creo que es así. Estas peques no son mis hijas, pero nuestra gran diferencia de edad hace que sea más una madre que una hermana. Además al otro día con esta misma peque pasamos un gran susto, que digamos aún no se acaba, pero está bajo control.
Al día siguiente, después de la anécdota de la araña, ella terminó hospitalizada. El punto es que la angustia y las ganas de llorar no me las quitaba nadie. Las ganas de ser yo quien estaba ahí y no ella, mi princesita.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tan muy entrete tus historias...continua y animo.